Somos únicos. Muchas veces no valoramos los esfuerzos de quienes viven a nuestro lado y, sin embargo, son un ejemplo para otros países. Es muy español eso de valorar más el trabajo de fuera de nuestras fronteras que el propio. Y una vez que el nuestro tiene repercusión en el extranjero regresa a España con un efecto bumerán que provoca una mayor trascendencia mediática. Esto siempre ha pasado, y sigue pasando en el siglo XXI en todos los ámbitos de nuestra vida.

 

A veces, surgen excepciones de reconocimiento nacional e internacional. En España hay un caso único en el mundo y se llama ONCE, una de las organizaciones más conocidas y con más prestigio de nuestro país. Todo el mundo la identifica con los ciegos españoles. Es nuestra imagen más reconocida en el mundo en relación con la solidaridad e inclusión de las personas con discapacidad.

 

Todavía recuerdo que cuando la Organización Nacional de Ciegos Españoles ganó el prestigioso Premio Príncipe de Asturias de la Concordia (el Nobel español) en 2013, todo el mundo comentaba que era un galardón muy merecido. Sin embargo, unas semanas antes alguien todavía se cuestionaba si era conocida internacionalmente. El reconocimiento nacional e internacional de la ONCE es unánime y un ejemplo de modelo social en todo el mundo.

 

Este año la ONCE cumple su 80 aniversario y su Fundación, 30 años. Una celebración en la que deberíamos preguntarnos, ¿qué representa esta organización para nuestra sociedad? Su evolución en estas ocho décadas ha sido espectacular y hoy supera los 70.000 empleados entre la ONCE, su Fundación e Ilunion (el grupo de empresas). Un dato excepcional. Solo una empresa del Ibex supera este número de trabajadores. Porque el empleo es una de las principales razones de ser de la organización. Y también la educación de las personas ciegas o con discapacidad visual severa; el deporte; la cultura, la rehabilitación o los perros-guía al servicio de sus afiliados. 

 

Además, fomenta la accesibilidad, la cooperación e inclusión social de las personas con cualquier discapacidad a través de su Fundación.

 

Y durante este tiempo se han puesto en marcha otros proyectos que fomentan la solidaridad, como la Fundación ONCE para la atención a las personas ciegas de América Latina (FOAL) en 1998 y la Fundación ONCE para la Atención de Personas con Sordoceguera (Foaps) en 2007.

 

Su papel de fortalecer las políticas igualitarias ha crecido con los años en organismos como la Unión Europea, y junto con otras organizaciones del mundo de la discapacidad, aportó su granito de arena a la Convención de la ONU sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad (aprobada en 2006).

 

Además, la ONCE participó en la creación del Comité Español de Representantes de Personas con Discapacidad (CERMI) en 1977; la Confederación Empresarial de la Economía Social (CEPES) en 1992; y en la Plataforma del Tercer Sector, en 2012.

 

En todos estos años el hilo conductor de la ONCE ha sido llevar la ilusión a todos los españoles y compartir su solidaridad con el resto de ciudadanos en un modelo de sociedad que premia la diversidad y la igualdad. El cupón de una vida en continua evolución. ¡Felicidades por el aniversario!